INTERÉS GENERAL
LAS PLANTAS TIENEN UNA RESPUESTA INESPERADA AL CAMBIO CLIMÁTICO
No todas las especies huyen del aumento de la temperatura. Así como el mercurio ha avanzado hacia el norte atravesando el oeste de Norteamérica durante los últimos 40 años, muchas especies de plantas se han movido colina abajo hacia -y no lejos de- climas más cálidos, de acuerdo a los resultados de un nuevo estudio. Los hallazgos se suman a la creciente evidencia de que la temperatura no es el único factor que influye en cómo la vida en la Tierra responderá al cambio climático.
“Este es un estudio muy ligero que demuestra lo que muchos de nosotros hemos venido diciendo: que habrán sorpresas”, escribe Camille Parmesan, una Bióloga del Cambio Climático de la Universidad de Plymouth, en el Reino Unido, en un e-mail a Science. Ella no estuvo involucrada en el estudio.
Como los animales, las plantas requieren de condiciones ambientales específicas -tales como, temperatura correcta, humedad, y niveles de luz- de manera de prosperar. Incluso cambios pequeños en los parámetros ambientales pueden afectar la reproducción y supervivencia de una especie. En la medida que la temperatura global aumenta, se prevé que tanto animales como plantas se muevan gradualmente hacia latitudes más al norte y hacia elevaciones mayores donde las temperaturas son más frescas, de manera de mantenerse dentro de sus rangos de condiciones ambientales ideales.
En un esfuerzo por entender cómo las plantas lidian con los cambios climáticos, investigadores de la Universidad de Washington, en Seattle, EE.UU. recabaron información en coordenadas geográficas de las ubicaciones de cerca de 300 especies de plantas dentro de siete distintas regiones topográficas a través del oeste de Norteamérica, abarcando desde la cordillera del oeste de Sierra Nevada, en Nevada, hasta el este de las estribaciones de las Montañas Rocosas (Rocky Mountain) del norte de Canadá, a lo largo de un período de 40 años. A partir de esto compararon estos hallazgos con los cambios en las condiciones climáticas, tales como temperatura, lluvia, y caída de nieve. El estudio es el más extensivo en su tipo a la fecha.
Los resultados de los análisis fueron inesperados. Más del 60% de las plantas cambiaron su distribución hacia abajo, hacia elevaciones menores y más cálidas, a pesar del significativo calentamiento climático a lo largo de las regiones en estudio, reportó el equipo vía online el pasado 24 de Julio a Global Change Biology. Más impactante aún, todas las plantas dentro de la región –independiente de la especie- se movieron en la misma dirección.
“Inicialmente pensamos que algo estaba mal con nuestro análisis, se esperaba que la distribución de las especies cambiara hacia arriba, no hacia abajo” dice la líder del equipo y Ecóloga vegetal Melanie Harsch. “Pero rehicimos el análisis y obtuvimos los mismos resultados”.
Una mirada más de cerca reveló que el movimiento colina abajo de las plantas era probablemente impulsado por cambios en la precipitación acompañados por el aumento en las temperaturas. Aquellas regiones que experimentaron menos flujo pluvial y nieve a elevaciones altas, fueron aquellos con plantas cambiándose a elevaciones más bajas con clima más húmedo. “Menos nieve en invierno se traduce en menos agua en verano, dando por resultado plantas afectadas por estrés hídrico y cambios colina abajo”, dice Harsch.
Si bien las poblaciones de plantas se están moviendo hacia abajo, hacia mayor disponibilidad de agua, tendrán también que contender con un clima cada vez más cálido. “Es una espada de doble filo”, asegura Harsch, “en la medida que aumentan las temperaturas, la necesidad de agua también se incrementará”.
Aunque estudios más pequeños previos también han arrojado movimientos colina abajo en relación a la disponibilidad de agua, otros reportan movimientos colina arriba en relación a la temperatura, sugiriendo que la dirección del movimiento de las especies depende de las condiciones ambientales locales, así como del tipo de especies presentes. “Estos estudios destacan la importancia del entendimiento de las complejidades, no sólo de los cambios climáticos futuros, sino también de los requerimientos climatológicos de las especies individuales”, dice Anne Kelly, una Ecóloga vegetal de la Reserva Isla Catalina en Avalon, California, que no estuvo involucrada en el trabajo.
Se prevé que los próximos cambios climáticos intensifiquen los patrones de precipitación en el oeste de Norteamérica, llevando a cambios más pronunciados en las distribuciones geográficas de las plantas y subsecuentemente a efectos en la vida silvestre que depende de ellas para alimentación y hábitat. “Cómo decidimos dónde asignar recursos limitados tales como dinero y mano de obra para conservar especies de cara al calentamiento global a largo plazo, es una preocupación primaria hoy en día”, afirma Harsch. “No podemos monitorear a todas las especies en todo lugar, pero, al identificar factores responsables de los cambios ambientales, podemos empezar a predecir y priorizar decisiones de manejo conservacionista”.
AUTOR: Jennifer Balmer
FUENTE: news.sciencemag.org Y AGRICULTURERS